REFORMAS BORBONICAS
Las
Reformas borbónicas fueron los cambios introducidos por los monarcas de la
dinastía borbónica de la Corona Española: Felipe V de España|Felipe v],
Fernando VI y, especialmente Carlos III; durante el siglo XVIII, en materias
económicas, políticas y administrativas, aplicadas en el territorio peninsular
y en sus posesiones ultramarinas en América y las Filipinas. Estas reformas de
la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y, sobre todo, se
enmarcaban dentro del nuevo poder de las elites locales y aumentaban el control
directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas
intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la
península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue
limitado; es más, el descontento generado entre las elites criollas locales
aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de
sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.
ANTECEDENTES
Carlos
II, último rey de la casa de Habsburgo murió sin dejar descendencia directa, y
el trono le quedó a Felipe V de Anjou de Borbón. Para la Nueva España, la
aplicación de la cédula aparte de provocar una severa crisis de capital, las
relaciones entre la Iglesia y el Estado; desde entonces esos dos poderes no sólo
rompieron los lazos de unión que tuvieron en el pasado, sino que se
convirtieron en facciones antagónicas. Las reformas borbónicas también
afectaron al Consulado de Comerciantes de la ciudad de México; esta
corporación, que había acaparado el comercio exterior e interior del virreinato
por medio del sistema de flotas y del control de los puertos, perdió su enorme
monopolio con la expedición de las leyes sobre la libertad de comercio. Al
mismo tiempo, la supresión de los alcaldes mayores, agentes comerciales del
Consulado en los municipios del país y en las zonas indígenas, acabó con la red
de comercialización interna y rompió el lazo político que permitía a los
comerciantes de la capital controlar los productos indígenas de mayor demanda
en el mercado exterior e interior.
Al
parecer los reformadores borbónicos encabezados por Gálvez, no tenían una
visión completa del sistema económico en la Nueva España. Aunque es cierto que
muchos alcaldes mayores eran corruptos y abusaban de su autoridad, el
repartimiento del comercio era mucho más que un mero mecanismo de explotación;
constituía el más importante sistema de crédito para las comunidades indígenas
y los pequeños agricultores. Los alcaldes mayores se beneficiaban porque
proporcionaban a crédito servicios necesarios: distribuían semillas,
herramientas y otros bienes agrícolas básicos; facilitaban la compra o la venta
de ganado, y con frecuencia vendían los productos de algunos grupos que quizá
no hubieran encontrado otra forma de colocar su producción. Todo esto fue
interrumpido con el decreto que suprimía las funciones de los alcaldes mayores.
REFORMAS
´
COMERCIO
La
minería, al igual que la tierra, era la espina dorsal de la economía de la
Nueva España por lo que las reformas se adaptaron a esta situación. Juan Lucas
de Lazaga junto a Joaquín Velázquez de León propuso unas reformas encaminadas a
financiar las actividades mineras, reducir las cargas fiscales, solucionar los
conflictos entre mineros (originados por la posesión de una mina o el desagüe
de un conjunto de minas en la mayoría de los casos), precisar o reformar el
contenido de las ordenanzas mineras vigentes y dotar al gremio de los mineros
de un organismo directivo.
En
otras palabras, proponían la minería como actividad productiva de la cual se
autorizaran varios puntos como: una organización gremial, publicar nuevas
ordenanzas, crear un banco de avío, crear una escuela de minería con técnicos
de alto nivel. De esta manera se constituyó el cuerpo de minería. Velázquez de
León quedó como presidente y Joaquín Velázquez, como secretario de minería. Se
crearon las nuevas ordenanzas y se llevaron a cabo los puntos que se habían
propuesto anteriormente. Hubo cambios en la minería, en 1784 se creó un banco
de avío, en 1792 se creó el seminario de minería.
La
creación de nuevos consulados provocó rivalidades entre los comerciantes de la
Ciudad de México y los nuevos grupos de comerciantes que surgieron a raíz de
las reformas.
MILITAR
Las
posesiones americanas de la Corona eran vulnerables a los ataques externos. En
realidad este problema se solucionó hasta cierto grado ya que no se creó una
armada para la defensa de los puertos americanos, teniendo como dos únicas
defensas la armada peninsular, que era llamada cada vez que se presentaban
conflictos de alto grado y, por otra parte, la nueva institución militar que
tenía guarniciones cercanas a las costas. Desde el momento en que España
colonizó América hubo un interés de otras potencias por obtener posesiones. Los
ingleses con sus colonias al norte al igual que Holanda, y los portugueses al
sur con Brasil.
El
Caribe se convirtió en un área de disputa, las potencias querían hacerse por lo
menos de una isla para tener presencia. De esta manera Inglaterra, Francia,
Holanda, Dinamarca y Suecia se beneficiaron de la piratería y del contrabando
del comercio, “España tenía la vaca pero otros se bebían la leche”.
La
defensa española no fue efectiva, las milicias que salvaguardaban las costas
sólo podían brindar protección en los puertos. Una vez que las embarcaciones
dejaban tierra estaban expuestas a recibir un ataque de corsarios o de piratas,
por lo que era necesaria la creación de una armada americana que nunca se
realizó.
CLERO
Los
jesuitas constituían una amenaza para la corona española. Tenían una economía
sólida y un gran valor en la sociedad, para el rey esto significaba tener un
estado dentro de su propio estado. Los jesuitas fueron expulsados de los
territorios de la corona española –incluyendo los dominios ultramarinos- a
través de la Pragmática Sanción de 1767 dictada por Carlos III el 2 de abril de
1767. Se introdujeron párrocos seculares, misioneros franciscanos, así como un
nuevo obispo. Esto trajo como consecuencia un problema con los indígenas;
cuando comenzaron a considerarlos como individuos, éstos aún no estaban
preparados, ya que estaban acostumbrados a los cuidados que los jesuitas les
brindaban.Con la expulsión de los jesuitas quedaron desamparados.
ORGANIZACIÓN
Durante las reformas borbonicas
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